¿Y si el purgatorio no fuera un castigo, sino la más íntima y delicada forma de amor de Dios? Este libro te invita a un viaje para descubrir un purgatorio que no es una celda, sino un estado de purificación; no es un final, sino el punto de partida de una nueva vida. Imagina un alma que, al dejar el cuerpo, se encuentra por primera vez frente a la infinita perfección de Dios. En ese momento, la luz de Dios pone de manifiesto cada imperfección y cada apego que la ha caracterizado. Para Santa Catalina de Génova, dicho enfrentamiento no es fruto del castigo de un Dios airado, sino el ardiente amor que tiene un alma que, deseándose a sí misma, se quiere unir a la Pureza. El sufrimiento del purgatorio no es un fuego externo, sino un fuego de amor que purifica desde dentro. A lo largo de los siglos, figuras como Santa Gertrudis la Grande, el Padre Pío y San Nicolás de Tolentino han corroborado esta realidad, no con visiones abstractas, sino con encuentros que nos emocionan. Nos mostraron que...